Día 10: El poder de la palabra
Las palabras son decretos, hechizos, que lanzamos todo el día, a veces, de manera irresponsable.
Constantemente nos decimos palabras que nos hacen sufrir, nos calificamos y juzgamos con palabras dolorosas, asimismo crucificamos con palabras a otros.
Cuando digo "yo no sirvo para eso" estoy decretando algo, mi mente toma nota y lo pone en práctica. Lo triste no es "no servir" para cosas que no nos generan gozo, sino "no servir" para aquellas que soñamos con lograr.
Si mis palabras se convierten en saboteo para lograr mis sueños, entonces tengo un uso inadecuado de ellas. Si mis palabras me hacen sentir mal de alguna manera o me ponen limitantes, entonces no me estoy hablando con el amor que se requiere.
Como me hablo, te hablo. Como te escucho, me escucho.
El poder de la palabra viene de la mano con el poder de escuchar la palabra de otro y tener la sabiduría para comprenderla aunque no la comparta y la sanación al no tomarme nada personal.
Tus palabras que causan dolor, vienen de tu propio dolor. Somos espejos, recuérdalo siempre.
Namasté,
Anna Bolena ∞ AlasdeOrquidea