Escuchar sin Reaccionar
“Tu percepción de mí es un reflejo de ti mismo, mi reacción hacia ti es la conciencia de mi ser”.
Reaccionamos casi como un reflejo. Pocas son las veces que nos detenemos a pensar que estamos reaccionando a nosotros mismos, a nuestras ideas, a las percepciones que tenemos de determinado momento.
El arte de escuchar no es uno que domine todo el mundo. Si te pones a pensar, nuestra manera de escuchar es la contienda de una reacción. Pocas veces escuchamos con conciencia, pues el EGO se mete como vocecita determinante a elucubrar qué contestar ante lo que te expresan.
En ese tren de ideas nos perdemos de la mitad de lo que nos han dicho. Acto seguido, reaccionamos con la mitad de la información filtrada por el ego. Nada bueno sale de eso.
Lo “normal” es que en cualquier tipo de conversación se llenen los silencios.
Tenemos poco umbral ante el silencio, por eso, en vez de escuchar con quietud y sin expectativas de tu propia respuesta, nos debatimos por contestar rápidamente y asesinar al tan temido silencio.
Te invito a que hagas un ejercicio cada que interactúes con alguien:
Practica el arte de escuchar sin engancharte con las respuestas que tu mente comienza a formular. Cuando te sientas perdid@ en tus propios pensamientos regresa rápidamente tu atención a tu interlocutor. Si crees que te perdiste algo importante pídele que te repita, esto te ayudará a perfeccionar tus habilidades de escucha.
Observa con cuánta frecuencia tu mente se va a elucubrar sobre lo que te están hablando, ¿qué piensas?, ¿emites juicios?, ¿buscas respuestas rápidas?, ¿buscas soluciones o el consejo perfecto?
Cualquiera que sea tu respuesta, no importa, observa hacia dónde te inclinas más y aprende de ti.
Si lo que estás haciendo es emitir juicios, procura detenerlos en el momento en que caigas en cuenta de que han surgido. Si lo que buscas es una respuesta perfecta, ¿qué tal poner atención a lo que te dicen y, entonces, cuando el punto haya sido expuesto, buscas una respuesta adecuada?
¿Te genera incomodidad no contestar inmediatamente? Trata de lidiar con eso. No es necesario contestar de manera apresurada. Nada de malo hay en tomarte unos segundos para digerir lo que acabas de escuchar y dar una respuesta más atinada que reactiva.
Si lo que buscas es ayudar es fundamental que escuches atent@ para encontrar una solución o consejo atinado.
Las respuestas reactivas no nos permiten absorber la información, por eso siempre quedamos con esa sensación de que debimos haber dicho algo más, algo diferente. ¿No te ha pasado que la respuesta perfecta llega poco después de la respuesta que diste?
Eso es porque después de que respondiste reactivamente tienes tiempo de analizar lo que te dijeron y en ese análisis encuentras, pues, la respuesta adecuada.
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