El siguiente paso a dar: Pareja consciente
Estoy teniendo una especie de deja vú al escribir este primer post que carga la intención de inaugurar este espacio (que pronto será podcast también) en mi página.
La vida es chistosa, pero después de varios años un tanto hastiada de escribir de relaciones y amor y sexo y pareja, regreso a estos lugares a los que ahora me trae de la mano el coaching.
Ahora, menos detrás del teclado y más ayudando a una que otra pareja a mejorar su comunicación, a sanar corazones rotos, a entenderse más como mujeres y menos como otros roles de los que nos vamos contaminando y nos enredan la vida.
Lo uno llevó a lo otro; siendo lo uno mi camino como autora, coach y terapeuta y lo otro, mi necesidad añeja de descifrar el amor. Ahora lo hago de la mano de almitas lindas que me permiten ayudarles a ver más claramente ese terreno, a empoderarse en la relación que tienen o de plano para salir de allí.
Todo este reciente proceso de trabajar con la intención de acompañar en el proceso de la recuperación o sanación de una relación o de algún corazón rotito que decide salir de alguna relación que no le servía más en el camino, se mezcló con la pronta salida de mi segundo libro: Memorias de una Soltera Mexicana 1y que me recordó otro añejo sueño –cuando lo leán entenderán– que se había perdido entre el hartazgo de 8 años escribiendo todos los días sobre el mismo tema: amor y sexo.
Estas razones, aunadas a que dejé de ser soltera y me casé felizmente con mi Pollo, hicieron que mi columna se fuera volviendo menos divertida, o por lo menos eso yo sentía. Ya no había aventuras de antros sino viernes de pizza y arrunche. Así comencé, como viejito a rememorar para entretener y cumplir mis deadlines diarias.
¿Y si no es soltería qué? Me preguntaron.
Hum...
Matrimonio –era otra opción–, pero me sentía que a penas estaba acoplándome a la convivencia y al matrimonio en sí como para escribir de él y de cosas que aún no experimentaba. No quería la presión.
La columna mutó, incluso hasta se cambió de sección y ahora era sobre meditación y las prácticas espirituales que yo estaba explorando en mi camino personal. Así, desvié un poco la atención sobre mis reflexiones del amor y opté por un espacio en donde compartiera lo que a mi me estaba haciendo crecer como persona. 5 meses duré.
Veredicto: Tanta buena onda meditativa fue mucho voltaje para un periódico –como todos– lleno de violencia y me dieron las gracias: si no escribía de amor y sexo, tendría que irme a Omear a otro lado.
Así lo hice, agarré mi mat y a mi ego dolorido y me mudé a mi página.
Ahora lo hilo todo, si algo me deja siempre la búsqueda espiritual es entender –y mientras entiendo, aceptar– que todo es perfecto. Yo se lo decía a mi ego pero igual a él le dolía.
Algunos varios años después de Tacones, mi columna, siento nuevamente este deseo de compartir lo que mi propio crecimiento ha impactado en mi relación de pareja; curioso como se vuelven a tejer lo hilos y me ponen en el mismo lugar pero con una nueva perspectiva: el amor consciente; una buena herramienta para sobrevivir en pareja a las tentaciones cotidianas de caer en la disfuncionalidad.
Así que lo que yo sentí como una mutación de mi escritura hacia la espiritualidad y meditación, también fue un espacio de intimidad para aprender a tejer un matrimonio desde una postura responsable y nueva para mi.
Para recorrer el camino en pareja se requiere valentía y no lo digo desde el humor manido en el que la pareja es un lastre, sino porque es de valientes mantener la responsabilidad de la felicidad en ti mismo y no caer en lo tentativo que puede ser hamacarte en el otro.
A mi me ha funcionado sin margen de error: conforme más transformo en mí los comportamientos y acciones que no resuenan con mi corazón, más ilumino mi espacio con mi esposo.
Es mágico, cuando yo trasciendo algo en mi que nos genera resistencia, su corazón lo agradece y se abre a transformar cosas en él mismo; convirtiéndose en un ciclo. ¿Ves? Velando cada quien por su propia transformación, impacta al otro. Es inevitable.
En el momento en que entendí que mi pareja no es el que tiene el deber de hacerme feliz, me di cuenta que más feliz fui, porque si yo fomento mi felicidad y él fomenta la suya, cuando estamos juntos compartimos nuestra felicidad y eso ¿qué crees que te trae? ¡más felicidad!
Esta es la fórmula pero ambos tienen que estar comprometidos, esa es la historia. Uno solo no pude jalar la carreta del matrimonio. Es por eso que el trabajo de consciencia en pareja no es para todos, es solamente para quienes están verdaderamente comprometidos en ir a profundidad en sí mismos, cambiar creencias y paradigmas para crear una relación consciente y satisfactoria; un nuevo esquema de relación de pareja.
Para esos que están levantando la mano (y para los que le gusta leer, también) es que hoy desempolvo este nuevo espacio en AlasdeOrquidea, ahora renovado con la óptica del Mindfulness y la consciencia, para aprender a bordar un camino sano y equilibrado y así construir entre dos.
Mi intención más clara es llevarte de la mano a comprender la importancia de amarte a ti mismo, aceptarte, y tenerte fe para poder tener una relación saludable.
En efecto, la felicidad de tu pareja depende de ti y lo mismo le estaría diciendo a tu pareja pues la felicidad depende de ambos y cuando digo ambos me refiero a que cada uno vele por su balance y crecimiento de tal forma que abonar la relación sea también, abonarse a sí mismo.
Es por eso que este espacio es para quienes tienen pareja y para quienes no también, pues para manifestar la pareja ideal, debes primero manifestar tu ser ideal, tú debes de convertirte en la persona que quieres atraer y el universo se encarga del resto.
Espero que disfrutes esta nueva intención de compartir.
Ana Bolena ∞ AlasdeOrquidea
Escríbeme si quiere saber más sobre counseling de pareja, las sesiones pueden ser en vivo o por skype o si tienes pequeñas dudas o inquietudes que quieras resolver.